Los procesadores de Intel son vulnerables a un nuevo ataque llamado CacheOut, que permite extraer cualquier dato de la memoria caché del chip. Sólo se puede solucionar mediante un parche .Lo realmente grave del asunto es que todos los parches que se han instalado hasta ahora no han servido para nada porque los procesadores han seguido siendo vulnerables a ataques como este. La compañía además lo conocía, y a pesar de ello han seguido lanzando procesadores vulnerables al mercado, ya que los Amber Lake Y de 10ª generación están afectados.
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