Cuentan que estando Guatama Buda reunido con sus discípulos, uno impaciente, le acuciaba con preguntas cómo la vida después de la muerte, el concepto de eternidad, lo finito e infinito…a las que el maestro contestó con una parábola. Un hombre que, herido por una flecha envenenada, sus allegados y amigos, preocupados, querían procurarle un médico a lo que el hombre enfermo se negaba. Aducía que antes quería saber el nombre del hombre que lo había herido, la casta a la que pertenecía y su lugar de origen. También si éste era alto, fuerte, de tez
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