Cual artefactos explosivos enterrados tras las guerras, los datos erróneos no rectificados quedan peligrosamente emboscados. Sin embargo, cada una de esas bombas periodísticas durmientes puede estallar en cualquier momento para dañar la credibilidad de quien la difundió. Le acaba de ocurrir a EL PAÍS. Publicó en febrero que el régimen chavista quemó camiones de ayuda humanitaria para Venezuela y nunca lo rectificó pese a que después se supo que fueron activistas de la oposición los que provocaron el incendio.
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