Una tuitera española, con decenas de miles de seguidores, recibe un email. En él, una mujer le cuenta que desde su empresa van a llevar a cabo una campaña en redes sociales con el hashtag
#DemasiadoMaduro. "Lo que necesitaríamos por tu parte sería que hicieses RT a un tuit... ¿Me podrías pasar presupuesto por este retuit?". No se le dice a dicha usuaria que, de compartir dicho tuit, deberá marcar la acción como publicitaria, algo que contradice los propios términos con los que a red social pretende evitar la publicidad encubierta.