El asma es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia. Una de las herramientas más conocidas para diagnosticar y valorar el grado de control de la enfermedad es la espirometría, que sirve para determinar la función pulmonar. Sin embargo, en niños la espirometría puede no ser suficiente, y en los últimos años ha surgido un marcador importante, que complementa la información facilitada por la prueba de espirometría, el óxido nítrico exhalado.
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