Estos días están siendo bonitos pero raros. Me ha tocado estar en el centro del foco por una iniciativa que nunca pensé que pudiera llegar a conseguir tanto. Veo artículos que dicen que David pudo con Goliat, o que un bloguero puso en jaque a La Noria, y me siento incómodo. No por el contenido, pues estoy muy orgulloso de lo que estamos consiguiendo, sino por el hecho de que la noticia esté en mí y no donde debe: en reflexionar juntos sobre la sociedad y la televisión a la que estamos yendo.
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