El llamado olfato policial acostumbra a ser un eufemismo para referirse a la intuición que desarrollan los agentes en el transcurso de su carrera y al acumular experiencia. Pero no siempre. En el caso de los agentes de la Guardia Urbana que el pasado jueves detuvieron a un joven por llevar bajo su asiento 300 gramos de marihuana y otros 50 de hachís, lo del olfato cabe entenderlo como literal. Fue el olor de las sustancias estupefacientes lo que puso en alerta a los policías.
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