José Luis Carbonell, vecino septuagenario del barrio del Polígono, en Toledo, dormía plácidamente en su casa el pasado domingo cuando los bomberos entraron en la vivienda por la terraza, rompiendo el cristal de una ventana. Él no se enteró de nada porque padece una discapacidad auditiva del 90 por ciento. Ahora, ante su indignación, el 112 argumenta que estaba "durmiendo la mona". "A mi padre se le acusó sin ningún tipo de prueba, solo basándose en presuposiciones, de haber llamado tres veces al 112 en estado de embriaguez", lamenta su hija.
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