En la lista de pequeñas-cosas-que-me-molestan, una de las primeras es la permisividad con los gorrillas, esos tipos que insisten en “ayudarte” a aparcar a cambio de un euro y que surgen en lugares congestionados: estaciones de tren, salas de conciertos, o incluso a la puerta de un hospital. El mensaje de fondo, pocas veces verbalizado, es que podrías encontrar desperfectos en tu coche si no sueltas una fracción de euro para que te lo vigilen. Pero, ¿Qué pasará si no pagas? [c&p]
|
etiquetas: dejar , dinero , gorrillas