De la obsesión por alargar el pene se da un nuevo paso al "dopaje sexual". La dapoxetina, un fármaco que se aprobará en unos meses promete el alargamiento del coito —eyaculación— hasta 3 o 4 veces más del tiempo habitual. La sexualidad masculina se ve aquejada de complejos e inseguridades; ese estereotipo masculino del varón sexualmente experto, de cuya responsabilidad depende el disfrute de su pareja, sigue causando estragos entre los hombres. Todavía hay víctimas de esa tradición machista que entiende que "el placer femenino es cosa de ellos"
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