El jueves 24 de agosto, hacia las tres de la madrugada, se rompió una tubería de agua en Bristol. Los trabajadores del almacén BRS1 de Amazon se quedaron sin agua ni aseos. En la mayoría de las industrias, una interrupción del suministro de agua provocaría una paralización de las operaciones. Pero para Amazon, todo seguía igual. A pesar de las súplicas de los trabajadores, se les dijo que permanecieran en sus puestos y siguieran trabajando.
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