«Entonces contactamos con la aseguradora con la que mi tío tenía contratado todo. Esta vino al hospital para trasladar a mi tío y contactó con el tanatorio San Lázaro para llevar el cadáver», continúa Montaño. «Familiares fueron ya al tanatorio, para esperar allí al coche fúnebre. En este momento el gerente del tanatorio comenzó a cerrar la instalación y les dijo a mis familiares que no quería allí gitanos, que liamos mucho follón». El gerente del tanatorio asegura que rechazaron el espacio alternativo que les ofreció.
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