Aunque el debate público en España se ha centrado en las últimas semanas en las pensiones, cuya reforma es una de las prioridades del nuevo Gobierno de Mariano Rajoy, a Bruselas le preocupa también el impacto en las finanzas públicas del aumento del gasto en sanidad y dependencia provocado por el envejecimiento de la población. La voz de alarma la ha hecho sonar la Comisión en un prolijo informe que detalla los riesgos y recomienda medidas para contener las presiones sobre los sistemas sanitarios.
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