Dar por hecho que un hombre hablando de sexo duro debe resultar vejatorio para las mujeres supone poner en juego la idea patriarcal de que la sexualidad de las mujeres es ética y emotiva. Aludir a que las canciones de C.Tangana son sexistas o incluso promueven la violación culpabiliza a las miles de seguidoras a las que les ponen (y mucho) sus letras y que, en su inmensa mayoría, no son chicas inocentes que buscan ser sometidas por el macho alfa.
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