La idea es utilizar las zonas naturalmente frías de la Luna para preservar el material genético de especies amenazadas.
Mary Hagedorn, autora principal del estudio del Zoológico Nacional Smithsonian y del Instituto de Biología de la Conservación, explicó que la idea surgió del deseo de proteger especies necesitadas de crioconservación en un biorrepositorio pasivo similar a la Bóveda Mundial de Semillas de Svalbard.
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Se cuenta solo.
Qué sí, que como emergencia final de los finales está bien tirado en caso de destrucción planetaria, pero no acabo de verlo.
Hubo noticias hace unos años de que el almacén de semillas de Svalbard tenía filtraciones de agua por el deshielo.