Un empresario dice que en hostelería “se hace media jornada, 12 horas” y que eso ha sido así “toda la vida”. Si le responden, como lo hicieron miles de personas, que eso es explotación pura y dura, no falta un famosillo cantaor que nos recuerda que un contrato laboral es un “acuerdo consentido” entre partes, la libertad del mercado y toda la pelota. En vez de llamarlos explotadores, habría que agradecerles por esos trabajos de mierda. Puede parecer un rifirrafe más en redes sociales, pero hay cuestiones que merecen la atención.
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