Aceptar órdenes, como todo en esta vida, es una habilidad que exige un cierto entrenamiento. Si no se ha practicado, siempre se será un adolescente. Toda la vida han sobreentendido que existen dos tipos de personas: ellos y los demás. Lo aprendieron de sus papás y se lo han enseñado a sus hijos. ¿Acaso no es verdad que todo el mundo, izquierdas y derechas, jóvenes y viejos, tortillacebollistas y tortillasincebollistas, distingue entre un nosotros y un ellos? Sí, pero el nosotros de ellos tiene la mirada más cortita, se dice en voz más baja.
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