Técnicamente, al dolor que uno siente cuando es penetrado analmente se lo denomina anodispareunia. Alguien podría ahora mismo asentir con la cabeza: claro, duele, porque el ano no está diseñado para ser penetrado. Su función biológica es otra muy distinta, y todos la conocemos bastante bien cuando visitamos al señor Roca. Religiones y morales laicas varias incluso se han atrevido a cuestionar o prohibir esta práctica por considerarla antinatural, sucia o inmoral.
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