El día en el que nos encontramos ante un café, la noticia viral de la jornada era que la ‘influencer’ Dulceida había publicado una foto tras dar a luz en la que salían ella, su bebé y un fuet. ¿Era publicidad? ¿Era una inocente foto orgánica? El debate en Twitter era bastante enconado. Fue lo primero sobre lo que hablé con Salseología (Adrián en el mundo no virtual, aunque su apellido y su rostro se mantienen bajo el anonimato). ¿Era o no era un anuncio? Él creía que había sido algo orgánico. Pero, en la aparente banalidad de toda esta discusió
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De modo que todos los que no sean expertos en una temática o muy mayores y curtidos, no son influencers, sino possers.
Las plataformas deberían controlar el tráfico y reducir así esas visualizaciones. Pero son empresas y ya se sabe: el ánimo de lucro prima sobre los derechos humanos para ese tipo de malas personas
Un fuet es orgánico. Cierto.