Akhmed y sus compañeros de viaje han recorrido 5.000 kilómetros en cuatro meses, atravesando cinco países: a pie por Afganistán, Irán y Turquía; en Grecia hacinados a cientos a bordo de un camión: en barco hasta Bari y, desde allí, en un tren cualquiera directo a Roma. Venían de Tagab, una aldea de las montañas de Afganistán en la frontera con Irán. Pocas casas, se vive del pastoreo. Pero es también un punto estratégico para el tráfico de opio y la trata de niños.
|
etiquetas: niños , refugiados , afganistán , roma , trata