Su madre detestaba este tipo de música, por lo que se buscó un nombre artístico para pasar desapercibida. Y se le ocurrió el de Nina Simone. Nina era el apelativo cariñoso con el que la llamaba su novio, y Simone, porque quedó deslumbrada por la extraordinaria interpretación de la actriz de cine francesa Simone Signoret en el film Casque d’or (Paris, bajos fondos 1952). La recién bautizada Nina Simone aprendió a cantar -y muy bien- rápidamente. Su personal música, mezcla de jazz, blues y clásica, no tardó en convertirla en cabecera
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