Se llama Glyzelle Palomar, es filipina y tiene 12 años, fue una niña de la calle. El Papa se conmovió al abrazar a una niña abandonada que le preguntó llorando por qué Dios permite que las niñas caigan en las redes de la prostitución. "¿Por qué Dios permite que pasen estas cosas, aunque no sea culpa de los niños? Y, ¿por qué hay tan pocas personas que nos ayuden?". El Pontífice comentó que ella era la única que había hecho una pregunta para la cual no hay respuesta. "La mujer es capaz de hacer preguntas que los hombres no logran entender
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