El empleo tiene un papel muy importante en nuestras vidas y las personas apasionadas, da igual si son obreros o arquitectos, no deberían contar a sus hijos que el trabajo tiene que ser una vocación, una pasión o una misión. Hay vasos comunicantes entre el trabajo y la familia y lo que sucede en un sitio tiene que ver con el otro. Trabajo y amor –amor en el sentido más ámplio, no solo romántico– tienen que ir de la mano. Por eso es tan importante que las sociedades y las empresas legislen para garantizar el bienestar y el respeto a los trabajado
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