Sucede en Nicaragua. “Marianita” tiene 12 años, padece neumonía, la presión sanguínea la está ahogando y ha pasado una semana en Cuidados Intensivos con un embarazo de 24 semanas. Los médicos del Hospital “Bertha Calderón”, donde está internada, han concluido que sólo una interrupción de su estado garantizaría que la menor continúe con vida. Pero hay algo que les detiene: proceder significaría de cinco a diez años de prisión y la suspensión de su licencia, según lo establecido en el Código Penal.
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