Independiente de la ética, un trabajo científico logra demostrar por qué está tan mal este tipo prácticas, sin importar las razones y justificaciones que le quieran anteponer. Desgraciadamente hay numerosas víctimas en las que se han podido explorar sus efectos físicos y psicológicos y también se han dedicado muchos esfuerzos a estudiar la tesis de si la tortura produce información veraz y si esta práctica terrible es realmente más eficaz que un interrogatorio normal. Estas son las principales conclusiones.
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