El Gobierno navega en una extraña equidistancia, la que le marca la posición oficial de la Unión Europea, que reconoce el derecho del pueblo israelí a defenderse, y la influencia de sus socios de legislatura, que le exigen que rompa ya con Israel. ¿Pero qué clase de hipocresía es esa? O se está con el Derecho Internacional o se está con la barbarie. Todo el mundo está viendo, en directo y en prime time, que la locura del carnicero de Gaza no tiene límites. Y esa ambigüedad del PSOE está haciendo saltar las costuras del Ejecutivo de coalición.
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