A mí me costó bastante asimilar que soy pobre. Vengo de una familia acomodada, tengo estudios, leo bastante, puedo pagar un piso de alquiler compartido en Madrid con luz, calefacción e internet e incluso salgo a tomar cañas los fines de semana. Visto así habrá quien piense que exagero pero seamos sinceros y desglosemos todo lo que engloba el día a día y el mes a mes de un joven del siglo XXI para ver si estamos viviendo una situación de neopauperismo sin darnos cuenta.
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