No esperábamos que las necesidades energéticas para una vida mínimamente decente fueran tan modestas, ni siquiera para países como la India, donde existen grandes diferencias. También fue una agradable sorpresa que las necesidades humanas más esenciales relacionadas con la salud, la nutrición y la educación sean baratas en términos de energía. En el camino, también encontramos que medir la pobreza en términos de estas privaciones materiales excede con creces la definición de pobreza por ingresos del Banco Mundial, explica Rao.
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