La tecnología es una evolución de las marcas al agua, una huella digital que identifica un vídeo que la incluya con respecto a aquellos que no la incorporen. Dicha firma electrónica ocuparía solo unos 76 bytes de tamaño por fotograma del contenido original, y comparándolo con el contenido que circule por Internet ayudaría a identificarlo de manera casi inmediata por los proveedores de servicio de almacenamiento en Internet que alojen la supuesta copia ilegal.
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