“Su composición resulta eficaz al estar compuesta de agua en el 90% y de otros agentes y minerales”, afirma la experta Anny Aviram, con más de 40 años a sus espaldas en el MoMA. “Primero pasamos un bastoncillo con saliva y luego otro seco, para retirar la suciedad”, explica la especialista, que apunta que es un método lento porque “no puedes estar ocho horas limpiando con saliva, se te acaba”. Aviram ha limpiado el polvo de hasta tres Picassos de grandes dimensiones con su propia saliva, una tarea que le llevó meses en cada caso.
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