Una parada es la inmovilización de un vehículo que no se extiende más allá de los dos minutos. En ella, el conductor no debe abandonar el vehículo, y lo que haga con el motor en ese corto período de tiempo puede transformarse en una multa. Si la persona que está al volante obstaculiza el tráfico, pone en riesgo a otros usuarios de la vía o incumple cualquiera de los puntos recogidos en el artículo 91 del Reglamento General de Circulación (RGC), podrá ser sancionado.
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