La imagen se ha convertido en un símbolo para las mujeres turcas que participan en las protestas, que a día de hoy se han cobrado la vida de dos personas según AI. Con su vestido rojo veraniego de algodón, collar y bolso blanco colgado del hombro, la joven podría haber estado pasándolo bien en una fiesta al aire libre, si no fuera por el policía enmascarado que, desde detrás de ella, le dispara gas lacrimógeno a la cara. Muchas mujeres apuntan a que la política de Erdogan quiere retrotraer sus derechos y devolverlas a papeles más tradicionales.
|
etiquetas: turquía , revolución , derechos humanos , feminismo 
