La paciente tiene 51 años y está en un hospital israelí después de que un accidente vascular le dejara literalmente encerrada en su cerebro, lo que se conoce como “síndrome del cautiverio”. La mujer, a la que los investigadores identifican como LI1, no puede hablar ni moverse en absoluto, pero después de meses de silencio ha conseguido escribirle una carta a sus hijos gracias a un dispositivo desarrollado por un equipo del Instituto Weizmann de Ciencias.
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