El pasado 4 de enero una mujer viajaba en el Alvia de las 13,40 horas con salida desde Chamartín y destino Santander. Al paso del tren por la ciudad de Palencia, la afectada se dio cuenta del error y "comenzó a llorar y grita ¡yo quería ir a Valencia!". La tensión era más que comprensible puesto que además se trataba de una mujer mayor y que viajaba sola, y en este caso, en dirección completamente opuesta a su destino.
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