Tal vez ninguna práctica espiritual se haya ocupado tanto de la mente como las diferentes ramas del budismo. La mente no es externa al cuerpo ni es el cuerpo: es la naturaleza de todas las cosas. La mente, nos dice una antigua enseñanza, es como el viajero que se hospeda en la posada del cuerpo. Al morir el cuerpo, la mente viaja a un nuevo aposento y continúa su viaje por subsecuentes ciclos vitales.
Aunque el aspecto religioso del budismo sea muy distinto al de las creencias predominantes en Occidente, lo cierto es que desde los años 60
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"Al morir el cuerpo, la mente viaja a un nuevo aposento y continúa su viaje por subsecuentes ciclos vitales."