“Marie” fue ingresada en un internado católico francés para “niñas de buenas familias” cuando estaba en quinto grado. Recuerda a una monja que venía a su clase todos los días para elegir a un alumno que la ayudara con la misa. Pero la monja no buscaba a nadie que la ayudara. Ella estaba buscando una víctima. "Yo tenía 11 años y parecía 9. Ella me elegiría una vez cada dos o tres veces", recuerda.
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