Un puente en construcción ha provocado un acalorado debate en Estocolmo. El puente unirá dos realidades contrapuestas: el barrio desfavorecido de Rinkeby y la localidad de Sundbyberg, cuyos habitantes tienen un poder adquisitivo más elevado. Mientras la extrema derecha sueca teme que esta infraestructura sirva para propagar la delincuencia, que asocia con la inmigración, los residentes creen que el puente no solamente facilitará los desplazamientos, sino que también frenará la segregación. La periodista de Euronews, Valérie Gauriat, investiga s
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