Lo último que ha hecho en su vida Lida Salgado ha sido dar una muestra de ADN para identificar el cuerpo de su padre, Francisco, asesinado en una emboscada en su intento por reprimir la sublevación franquista en 1936 en La Pañoleta, a las puertas de Sevilla. Este jueves, en una cajita de madera marrón, fue enterrado en un mausoleo en el cementerio de Camas junto con los restos de ocho miembros de la columna minera de Huelva y cinco víctimas más de la represión halladas en otra fosa.
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