Una diferencia clave, señala, es la falta de empleo. En 1968 la tasa de paro en Francia era de menos del 2%. Hoy llega al 9%, pero la media del paro entre los jóvenes supera el 20% y puede alcanzar el 40% en zonas especialmente vulnerables. “Hay una sensación de que no hay futuro y, al mismo tiempo, vemos cómo el Gobierno elimina las protecciones sociales”, destaca Guégan.
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