En Roma todavía continúa el proceso judicial que un matrimonio ha llevado a los tribunales contra la policía de tráfico de la ciudad. María Bartoccini y su marido, Álvaro, recibieron una multa de tráfico por conducir mientras hablaban por teléfono, pero tanto María, que es la propietaria del vehículo, como su marido, son sordos, y no pueden usar el teléfono móvil para hablar.
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