Mary Helen Saba es una pizpireta joven australiana que bien podría haber nacido en Cádiz durante un carnaval y cuyo pasatiempo favorito es la confección de trajes divertidos. Y tal es su obsesión por coserse disfraces que se desafió a sí misma a llevar uno diferente cada día durante todo un año. Mary no sólo cumplió con creces este reto, sino que además, dado que la mayor parte de su vestuario eran de confección propia, sólo necesitó 300 € al cambio para conseguir elaborar todos los disfraces.
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