Cuando el fotógrafo holandés Martijn van Oers se enteró que la familia de la mejor amiga de su hijo se iba a ir de su ciudad, se le rompió el corazón. Tenían una amistad única. Para que su hijo pudiera recordarla cuando creciera ya que muchos de sus recuerdos se disiparían, estuvo trabajando en esta serie fotográfica.
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