Mariano es un señor que vendió en su programa electoral que, apenas ganara las elecciones, la economía se saldría de madre, el paro se evaporaría como la humedad y además lloverían longanizas los días impares. Había que ser muy ingenuo para comprar esa moto pero, después de siete años de Zapatero, la gente estaba dispuesta a tragarse biblias de canto. Y se las tragaron, en efecto. Parafraseando a Chesterton, lo malo de quienes dejan de creer en el socialismo no es que no crean en nada: es que pueden creer en cualquier cosa. Incluso en el PP.
|
etiquetas: rajoy , pib , optimismo , prestige