Por un pollo. Por cinco minutos de retraso, Porque se me enredaba el pelo al peinarme. Por pedir más galletas en el desayuno. Por olvidar limpiar mis zapatos. Por pedirle la paga. Por querer salir con mis amigas. Por leer demasiado. Porque fuí a a piscina. Porque cumplía años. Porque crecía... Sobraban los motivos aunque faltasen las razones. No fué la primera vez, solo la primera que recuerdo. De muchas.
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