En 1976 volvió a ser una sala de cine que proyectaba películas porno, y en 1982 tomó el nombre de Bogart ya como cine de culto, actividad que mantendría hasta 2001 cuando fue cerrado por sus entonces propietarios, la Sociedad Industrial Torrego Álvarez. Siempre había sido un testigo de la actividad cultural madrileña. Hasta ahora, ya que sus actuales dueños, la empresa Batuecas Torrego, pretende convertirlo en un centro de ocio y gastronomía. Un nuevo mercado para Madrid que se suma a los ya conocidos de San Miguel, San Antón y San Ildefonso.
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