Una escena. Julián (pseudónimo), un niño de ocho años, llegó al entrenamiento de fútbol de su equipo. Revisó la bolsa de deporte y descubrió que había olvidado las zapatillas. Solo tenía los zapatos del uniforme. Se puso el chándal, se calzó los zapatos y salió al campo. Israel, un compañero, lo revisó, se rio y avisó a otro para que se fijara: «Míralo. ¿Es que eres mariquita, adónde vas así?».
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