La heredera no apareció en las imágenes donde se veía a los cadetes disparando. El motivo es simple: se negó a disparar. Su negativa a utilizar armas se debe a su profundo respeto por la vida animal, en marcado contraste con la tradición por la caza de su abuelo, Juan Carlos I, y con su pasión por las armas desde que jugaba con su hermano cuando eran pequeños.
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