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La lección amorosa del topillo de las praderas o por qué no hace falta oxitocina para enamorarse

De entre todos los animales que habitan las extensas praderas de América del Norte, hay uno que lleva años llamando la atención de los científicos: el topillo de las praderas (Microtus ochrogaster). A primera vista no parecen más que pompones con ojos temblorosos y brillantes, que suelen acabar alimentando a comadrejas, halcones y serpientes, pero su conducta es extraordinaria. Es uno de los pocos mamíferos socialmente monógamos, que en su conjunto no representan más que el 3% de los mamíferos (aunque eso no significa necesariamente que sean se

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