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Las mujeres y los niños, los últimos

Dos horas y poco más. Eso es lo que separa el egoísmo de la solidaridad. También es la diferencia de tiempo entre lo que tardó el Titanic en hundirse, golpeado por un iceberg, y el Lusitania, enviado al fondo del mar por un submarino alemán. Ahora, unos investigadores sostienen que la rapidez con la que se hundió el segundo hizo que el grito de "sálvese quien pueda" se impusiera sobre el de "las mujeres y los niños primero".

| etiquetas: titanic , historia , egoismo

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