No sólo tenemos burbujas laborales en España. Hay otros creativos de la ecuación maquillada del paro. La que fuera considerada una de las decisiones laborales más efectivas para evitar que la tasa de desempleo aumentara en Alemania está empezando a tomar un tono muy pálido. Ese modelo de “trabajo reducido” tiene efectos secundarios. El problema es que el mercado de trabajo, y por extensión el gasto de los consumidores, no recibirá el impulso que debería durante la recuperación económica.
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